El “Agüelulo”
en Cali, era una rumba donde no se consumía licor. Gente como “Ringo” o “Casú” mantenían a la expectativa
a ver cuál casa estaba desocupada, en proceso de arriendo, y le proponían
al dueño alquiler exprés de domingo en la tarde. Cobraban una entrada barata y
no se paraba de azotar baldosa. Escasamente se vendía jugo de lulo o gasimba, los
asistentes no tenían para más. Se bailaba desde las 2 hasta las 8 de
noche. Los policías llegaban a dar la raqueta de rutina y siempre lanzaban la frase a
gritos: “Aquí nadie toma trago, pero todo
el mundo está borracho”.
Existía un animador que iba cargado de frases cortas,
tipo aforismos, para amenizar la fiesta. “Aquí
se prohíbe salpicar la pared de sangre” “ Quieto en
primera!!! No se mira a la mujer del prójimo” “Ahí llega Jairo Cejas el hombre
que tiene más mujeres que la cárcel del Buen Pastor”
Y el momento esperado era "It
a good feeling", obra maestra
indiscutible de Joe Bataan . Llamado también “El avión” , constituía la prueba de fuego. Muy pocos se le medían a
bailarlo porque se salía a descrestar, a innovar, a realizar lo último en
volteretas. De la serie "Clásicos
que quiero escuchar el día de mi velorio". Mi pequeño homenaje a Mr Soul Bataan.